Hace tiempo que voy desplegando una obra que contiene la idea de una escuela de aprendizaje para envejecer. Es una pieza que está en proceso, compuesta de muchos e individuales gestos y acciones/performances.
Esta obra todavía no tomó su forma final, pero crece y se multiplica. Comprende una gran cantidad de videos de estas acciones que juntos harán un cruce de capas de voces y movimientos de cuerpos, imponiéndose la necesidad para existir, de estar una al lado de la otra. Es decir que cada fragmento necesitará del otro, dando razón de ser al sentido colectivo para generar una coralidad de haceres.
El hecho de envejecer es, en sí mismo, violento. El cuerpo de la mujer va cambiando, es transformado por la menopausia, la falta de olor a fertilidad y es doblemente violentado por una sociedad que niega estos procesos, que invisibiliza estos cuerpos que ya no son más útiles al sistema productivo.
Comprendo que la violencia contra nosotras, las mujeres mayores, es consecuencia directa de la discriminación de género. La violencia que sostiene este colectivo es bastante invisible. El sistema de vida contemporáneo no contempla como violencia la violencia de envejecer.
Con el fin de reflexionar sobre estos puntos, he ido desplegando unas series de acciones / performances compuestas por distintos perfiles de labores, realizadas en colaboración con mujeres viejas, que fueron y son históricamente invisibles. Estas acciones se basan en sus quehaceres actuales y son el resultado de un trabajo realizado previamente entre nosotras, en la intimidad del proyecto. Muchos de estos quehaceres fueron un gran deseo de juventud, pero les fue negado por tener ellas que ocuparse de las labores domésticas; sumando los prejuicios sociales, políticos y religiosos de sus épocas.
Escuela de envejecer propone como punto de partida que estas mujeres sean maestras de estas labores que han aprendido en su vejez y a su manera.
Estos modos tan particulares están embebidos por conocimientos de vida que suelen ser frustrados, complejos, sobrevivientes y que básicamente nadie contempla. En una segunda instancia salimos desde nuestra intimidad al encuentro con el público general, para generar un cruce entre una adulta mayor, maestra de su propia memoria, de su propio saber, y un público desconocedor de lo que significa la violencia de envejecer.
Estas acciones tienen sus reglas propias, arbitrarias y caprichosas.
En estas piezas, entre las cuales se encuentra Ensayos de lectura II, pongo el foco en la preservación de diferentes voces de mujeres, que pertenecen a esta última generación, que tienen la voz marcada y engrosada por la historia de las últimas décadas. Son las últimas en dar testimonio de una forma de vejez que en el futuro, tal vez, no exista más.
Me interesa el trabajo compartido y conspirar con estas redes afectivas generando lazos solamente posibles en la resistencia.
Ana Gallardo
Ensayo de Lectura II
2016
Suecia
Acción / Registrada en video color y sonido
Ana Martínez es argentina, maestra jubilada que lleva 40 años de exilio en Suecia.
En la actualidad solo lee libros de historia o biografías de próceres argentinos.
Juntas realizamos una serie de lecturas repetidas a modo de ensayo.
Leímos algunos textos del libro de Felipe Pigna: Mujeres tenían que ser
Incorrectas, rebeldes y luchadoras. La historia de las mujeres argentinas.
Editorial Planeta
“…..recorre el protagonismo de las mujeres en la historia argentina, desde las pobladoras originarias y su resistencia a la conquista europea hasta quienes obtuvieron las primeras victorias en su larga lucha por la igualdad”.
Redes sociales: